La salud fue un tema importante en la campaña presidencial durante todo el año pasado. Los candidatos demócratas no sólo están en desacuerdo con el presidente Donald Trump, sino que también discrepan entre ellos.
Los votantes se han quejado con frecuencia que el debate ha sido confuso y difícil de seguir. El foco de atención hasta ahora se ha centrado en si el país debe hacer la transición a un programa de Medicare para Todos que garantizaría la cobertura a todos los residentes de los Estados Unidos, y resultaría en impuestos más altos para la mayoría. Pero el debate sobre la salud es más que eso.
La campaña ya está viviendo momentos clave: las asambleas electorales en Iowa el 3 de febrero, las primarias en New Hampshire el 11, la votación en Nevada y Carolina del Sur a finales de mes. Para el 3 de marzo, el Súper Martes, los demócratas habrán elegido un tercio de todos los delegados.
Lo que sigue son seis cosas a tener en cuenta en la frenética carrera de las primarias:
Cobertura o sistema universal, Medicare para Todos y el pago único no son lo mismo.
La cobertura universal es cualquier método que proporcione seguro médico a los residentes de un país. Se puede establecer de diferentes maneras: a través de programas públicos, privados o una combinación de ambos.
En el sistema de pagador único una entidad, generalmente, pero no siempre, el gobierno, paga por los servicios de salud. El pago único no es lo mismo que la medicina socializada. Esta última generalmente se refiere a un sistema en el que el gobierno paga todas las facturas, es dueño de las instalaciones y emplea a los profesionales de salud. En un sistema de pago único, como Medicare en los Estados Unidos, a las facturas las paga el gobierno, pero el servicio sigue estando mayormente en manos privadas.
Medicare para Todos es una propuesta desarrollada a finales de los años 80. Basándose en la popularidad del programa Medicare para las personas mayores, la idea era extenderlo a toda la población. Sin embargo, dado que los beneficios de Medicare son inferiores a los de muchos seguros privados, las últimas versiones de Medicare para Todos crearían un programa completamente nuevo, y muy generoso, para todos los estadounidenses.
Los votantes están más preocupados por los costos de salud que por la cobertura en sí.
Mientras los demócratas luchan por la mejor manera de asegurar a más personas, la mayoría de los estadounidenses ya tienen cobertura y están mucho más preocupados por el costo. Una encuesta reciente entre votantes de tres estados con elecciones tempranas —Iowa, Carolina del Sur y New Hampshire— encontró que les preocupa más el dinero que tienen que pagar de su bolsillo que la cobertura en sí.
Son los precios, estúpido.
Hay una buena razón para que los votantes se preocupen cuando se les pide pagar por servicios médicos. El gasto en salud de los Estados Unidos es dramáticamente más alto que el de otras naciones industrializadas. En 2016, el país gastó 25% más por persona que el siguiente país con mayores gastos, Suiza. El gasto general en salud del país es más del doble del promedio de otras naciones occidentales.
Pero eso no se debe a que los estadounidenses usen más servicios de salud que los ciudadanos de otras naciones desarrolladas. Simplemente pagamos más por los servicios que usamos. En otras palabras, como bromeó en su día el economista Uwe Reinhardt en el título de un artículo académico publicado en 2003, “Son los precios, estúpido”. Una investigación posterior confirmó que sigue siendo así.
Las compañías farmacéuticas y las aseguradoras no son las únicas responsables de los precios altos.
Al escuchar muchos de los mensajes de los candidatos, puede parecer que las farmacéuticas y las aseguradoras son responsables de la mayoría, o de todos los altos gastos de salud en los Estados Unidos
“Los gigantescos grupos de presión de las farmacéuticas y las aseguradoras han gastado miles de millones de dólares en las últimas décadas para asegurar que sus beneficios se antepongan a la salud del pueblo estadounidense”, asegura el senador Bernie Sanders en su sitio web de la campaña presidencial. “Debemos derrotarlos, unidos”.
Sin embargo, la mayor parte del gasto de las aseguradoras es en médicos y hospitales. Y algunas de sus prácticas son mucho más duras para los pacientes que los altos precios que cobran las farmacéuticas, o los costos administrativos añadidos por las aseguradoras.
Las empresas de Wall Street que han comprado grupos médicos están ayudando a bloquear una solución legislativa a las “facturas sorpresa”; el pago, a menudo enorme, que enfrentan los pacientes que, sin querer, reciben atención fuera de la red de proveedores de su plan. Y hospitales de todo el país aparecen en los medios de comunicación al demandar a sus pacientes por facturas que casi nadie puede pagar.
Los demócratas y los republicanos tienen puntos de vista muy diferentes sobre cómo reparar el tema de salud.
Cuando el tema de salud en la elección presidencial recibe cobertura periodística, la historia se centra en los desacuerdos entre los demócratas. Algunos quieren Medicare para Todos, mientras otros presionan por un cambio menos radical, a menudo descrito como “opción pública” que permitiría, pero no requeriría, que las personas compraran un plan de salud del gobierno.
Sin embargo, hay divisiones mucho más profundas entre demócratas y republicanos. Entre los demócratas, casi todos apoyan que el gobierno juegue un papel más importante en la atención médica; aunque no se ponen de acuerdo sobre lo grande que debe ser ese papel. Los republicanos, en general, quieren ver menos gobierno y más fuerzas de mercado. La administración Trump ya ha implementado o propuesto diferentes maneras para disminuir la regulación de los seguros privados y se plantea permitir que los estados limiten sus gastos en programas de Medicaid.
Y la mayor diferencia de todas en la próxima campaña es que la administración Trump y un grupo de estados liderados por el Partido Republicano desafían en corte, una vez más, la totalidad de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), argumentando que es inconstitucional ya que la ley fiscal de 2017 derogó la obligatoriedad de pagar una multa por no tener cobertura de salud.
La Corte Suprema ha optado por no decidir el caso a tiempo para las elecciones de 2020, pero es probable que siga siendo un tema crucial en la campaña.
Hay importantes cuestiones de salud más allá de la cobertura y los costos del seguro.
Si bien Medicare para Todos y los precios de los medicamentos han dominado el debate político del año pasado, otras críticas cuestiones de salud han recibido mucha menos atención.
Algunos candidatos han hablado de la atención a largo plazo, que se convertirá en una necesidad cada vez mayor a medida que los “baby boomers” (los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial) engrosen las filas de los “más mayores”. Algunos han abordado temas de salud mental y adicción, una crisis permanente de salud pública. Y unos pocos han esbozado planes para las necesidades de los estadounidenses en zonas rurales y de los discapacitados.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.